domingo, 23 de septiembre de 2007

Testimonio: Delia de Arzola



Mi nombre es Delia Silva de Arzola, soy miembro de la Primera Iglesia Bautista del Callao, y quiero agradecer al Todopoderoso por todo lo que ha hecho, hace y seguirá haciendo por mi, y ahora voy a compartirles un pequeño testimonio acerca del estudio del Devocional "Señor sana mis Heridas".

Sòlo el Señor pudo salvarme y sacarme del hoyo en el que me encontraba, momentos en que ya no podía más, estaba desesperada y esto era porque no tenía el conocimiento verdadero de Su Palabra.
Es así que la Hermana Mechita me invitó para estudiar este lindo devocional, acepté sin saber toda la transformación que iba a hacer el Señor en mi vida, como les repito mi vida estaba destrozada, llena de heridas que traía desde mi infancia y en el transcurrir de los años, y es allí que conforme estudiabamos más y más la Palabra, encontré el Bálsamo que sanaría todas mis heridas, encontré a Jehova Rafa, mi Dios Sanador, quien iba sacando con el bisturí todo lo que durante años me habían causado mucho dolor, hasta que caí rendida a los pies de la Cruz del Calvario para ser totalmente restaurada. Aprendí muchas verdades que las tengo presente porque nunca sabemos cuándo vamos a ser heridas nuevamente, pero ahora se que estando de la mano del Señor, estoy segura.

Quiero agradecer a mi hermana Mechita a quien le digo "mi madre" porque la amo mucho y la amaré siempre, ella supo aconsejarme y consolarme, es mi paño de lágrimas, gracias por tener la paciencia de enseñarme cada semana, por demostrarme su amor y comprensión.

Ahora quiero servir al Señor en todo lo que pueda, quiero ser un instrumento útil en Sus manos y poder ayudar a hermanas que como yo necesitan ser sanadas con su Bálsamo que es la Palabra de Dios.

Quiero animar a otras hermanas a estudiar este devocional "Señor sana mis Heridas", para que allí se encuentren con Aquel que puede restaurarlas totalmente.

"Bendito el varón que confía en Jehová y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará ni dejará de dar fruto". Jeremías 17: 7-8